29 mar 2010

Si quieres ser alguien en Arkansas, 1ª parte: los trucks

A este individuo lo encontré en una gasolinera cerca de Jonesboro. Nótese la bandera confederada –comprable, si se quiere, a una de España con el águila bicéfala- en la matrícula delantera y el atuendo del dueño, que se ofreció a deleitarme con el lazo de vaquero mientras tomaba la foto. No tiene precio.

Hay algo de lo que me he percatado a lo largo de los años, no importa el lugar en el que me encontraba o la cultura del mismo: la gente usa elementos materiales para afianzar su sentimiento de pertenencia al grupo social con el que se identifican o quieren identificarse.

En Nueva York, por ejemplo, todo neoyorquino que se precie tiene una gorra de los Yankees. En las universidades estadounidenses, si quieres ser considerado un atleta -y por ende tener un alto estatus social- debes vestir sempiternamente la sudadera del deporte al que juegas, especialmente cuando vas a la cafetería, el perfecto escenario para el pavoneo. Si además eres jugador de fútbol americano, las chanclas Jordan con calcetines son altamente recomendables. Se puede encontrar otro ejemplo entre los intelectuales, en cuyo caso el sentimiento de pertenencia se refuerza con unas buenas gafas de pasta y otros accesorios como la camisa de cuadros metida por dentro, la raya al lado, etc. –este aspecto últimamente se ha tomado como moda-. Se puede observar que en todos estos casos la originalidad, la personalidad o la rebeldía con respecto a la homogeneidad brillan por su ausencia, como fruto de un comportamiento irracional a cuyo nivel no operan, en absoluto, dichos conceptos.

Sea como fuere todos estos objetos, accesorios, etc. hacen que tu nivel de autoconfianza se incremente –No soy un marginado, vendrían a decir de forma implícita- y dan un mensaje a aquellos que te rodean: esto es lo que soy, ¿a qué molo? De los muchos objetos que podemos incluir dentro de esta clasificación los coches son de los mejores porque trasmiten de forma fastuosa el mencionado mensaje subyacente. Un buen deportivo, una lujosa limusina o un mastodóntico Hummer te dan, qué duda cabe, una posición privilegiada frente a los que te rodean, haciéndote sentir más cómodo contigo mismo.

Pues bien, después de un largo periodo de observación y de inmersión cultural, he podido constatar que aquí en Arkansas hay varios elementos que uno debe tener para ser reconocido como arkansawyer. Voy a dedicar diferentes posts a cada uno de ellos y hoy el elegido es el vehículo predilecto de los lugareños: el Truck (conocido en español como camioneta o pick up y para los mejicanos como troca).

Muchos sabréis a lo que el término truck se refiere aunque para los no duchos se podría definir así: Un truck es, básicamente, un todo terreno con la parte de atrás diáfana, sin asientos, tapicería o detalle alguno. Este tipo de vehículo solía ser muy útil para labores de labranza y ganadería porque el gran espacio trasero permite al trabajador en cuestión llevar todo tipo de herramientas y maquinaría que no cabrían en un coche o incluso en una Furgoneta.

No obstante, hoy en día el mencionado uso primario de las camionetas ha pasado a un segundo plano. Sin ir más lejos en Arkansas (considerado un estado rural y agrario), las camionetas representan más de la mitad del total de vehículos que circulan por las calles. Con solo echar un vistazo a un parking se puede ver como las camionetas de toda clase y condición ganan por goleada a otros tipos de vehículos. Entre los muchos tipos de trucks destacan:

El truck estándar: el más común en los aparcamientos, se ajusta con fidelidad a la definición provista anteriormente -el de la foto de inicio es un claro ejemplo. A veces puede tener espacio para asientos traseros, pero normalmente solo posee asiento para el conductor y el copiloto.



El truck mastodóntico: este tipo se caracteriza por su gran altura, sus enormes ruedas y un frontal impresionante. Las connotaciones fálicas que entraña se exponen posteriormente en este texto.



El truck viejete: dado que estos vehículos fueron originalmente pensados para trabajar, es normal encontrar modelos más antiguos que han batallado contra el paso del tiempo. Algunos de estos modelos son tremendamente apreciados entre los arkansawyers.



El truck tuneado: es un truck estándar que incorpora accesorios tuning como grandes llantas, alerones, etc. En esta zona suelen pertenecer a individuos mejicanos.




El mini truck: es una versión reducida del truck estándar. Siempre tendrá dos asientos y parece demasiado endeble como para llevar cualquier objeto pesado, lo que lo hace aun más inservible.



El cruck o cocheneta: es una mezcla entre un coche y una camioneta (car + truck) o lo que es lo mismo, un coche de los setenta con la parte de atrás diáfana. Este espécimen es muy poco habitual en circulación y por tanto muy apreciado. No acierto a imaginar en que estaban pensando los diseñadores de las compañías de coches cuando alumbraron este modelo, pero viendo que no hay ejemplares más modernos del mismo se puede entender que las ventas no fueron muy bien. Este modelo es, por cierto, mi favorito.



Después de esta somera descripción de los modelos de truck más habituales se puede intuir que este tipo de vehículo está muy extendido entre los oriundos de Arkansas, pese a que está claro que no todos los dueños son labradores, granjeros o ganaderos.

Así que, ¿por qué comprar un truck? Por su utilidad claramente no: no puedes llevar detrás nada que no sea impermeable o resistente a las diferentes condiciones meteorológicas y además en muchos casos tampoco puedes llevar más pasajeros que el copiloto. En cuanto a economía la respuesta es, de nuevo, no: estos vehículos son caros (bastante por encima del precio del coche medio) y son grandes y pesados por lo que consumen mucha gasolina.

Por tanto no parece existir una justificación racional para comprar una de esta estas camionetas. Sin embargo, después de observar, preguntar e indagar creo haber encontrado la motivación que les lleva a tener un truck: Ser un auténtico arkansawyer. Sí, son vehículos caros e inútiles, pero parece no haber duda de que aquellos que poseen un truck en Askansas se sienten mejor consigo mismos. Están mostrando quiénes son y esto les lleva a incrementar su autoestima. Es un elemento de moda para los arkansawyers que les convierte en molones, en “uno de ellos”; conduciendo un truck el lugareño en cuestión está lanzando un mensaje al resto: ¡Soy un arkanswayer! Más profundamente este análisis se puede enfocar desde una perspectiva sexual para afirmar el truck, para el hombre, no es sino un apéndice fálico más –cuanto más grande es mi truck, más… guay soy -.

En conclusión, hay algo que todo foráneo debe saber sobre el estatus social en estas tierras: si quieres ser alguien en Arkansas necesitas conducir un truck.

2 comentarios:

  1. jajaja muy bueno el mullet, y ya no te digo nada el mullet chino

    ResponderEliminar
  2. no creo que sean tan inutiles, hay vehiculos convencionales que no van donde entran estos vehiculos, por su fuerza, doble traccion, altura.

    ResponderEliminar