27 mar 2010

La officina de idiomas

Esta es min oficina. No sabemos que ha pasado con el cartelillo de Ali, pero lleva desaparecido unas semanas. Ali lo está investigando, así que os mantendré informados.

Ya dije en el primer post que además de estudiar un máster también trabajo como asistente de profesor en el Departamento de Idiomas y Culturas del Mundo de la universidad. Lo primero que debo decir acerca de este trabajo es que el nombre no es del todo preciso. Pese a que la palabra asistente es parte capital del mismo, en realidad consiste básicamente en ser profesor. Mi trabajo es enseñar español elemental a dos clases de universitarios de entre dieciocho y cincuenta y algún años –veintitrés y veinticuatro por clase, exactamente. No me estoy quejado, ojo, pero la verdad debe ser dicha. Tampoco es que sea un problema, de hecho lo disfruto bastante. Me gusta compartir un poquito de mi cultura y mi idioma con ellos y parece que la cosa les gusta. Aunque a veces se me ponen farrucos debido a que la necesidad de concordancia en género y número de artículos, sustantivos y adjetivos así como las conjugaciones verbales les vuelven locos. Y les entiendo. El inglés practicamente carece de todos estos detalles, por lo que acostumbrase a pensar en todos ellos a la vez que uno habla o escribe no es fácil, aunque yo siempre les digo lo mismo: esto no es nada comparado con chino o árabe, eso sí sería para quejarse –por no mencionar las caóticas estructuras de pronunciación en inglés, donde con cinco vocales salen más de 25 sonidos sin patrón ni regla alguna.

La lengua española se ha puesto muy de moda entre los estadounidenses en los últimos años. Lo consideran el idioma más útil debido a que la comunidad latinoamericana es la minoría que más rápido crece en EEUU (estoy esperando ávidamente el censo de este año, pero mirando a los datos previos hay muchos más latinoamericanos que negros, lo cual me sorprende mucho). En cualquier caso, yo tengo mi opinión acerca de lo importante que el español puede ser para esta gente, pero eso le explicaré en otro post.

Además de enseñar, parte de mi trabajo son mis horas de tutoría, tiempo que normalmente paso en la oficina. Comarto esta oficina con Isaac, instructor de swahili de Kenya, Harry y Gustavo, que son los instructores de español y Ali, el intructor sirio de árabe. Puede parecer que es demasiada gente para una oficina pero no solemos estar más de dos o tres en la misma oficina a la vez. Compartir el sitio con ellos es sencillo porque ningún es maniático o rarito (en realidad esto se podría discutir, pero bueno), lo cual ayuda mucho.Hasta ahora no tengo queja sobre ninguno de ello, de hecho hay alguno que me gustaría que siguiera - mais c’est la vie.

La jefa del departamento es la Dra. Unnold. Es alemana y alimentando el esterotipo es seria –tampoco mucho-, trabajadora y directa. No se anda con tonterías y le gustan las cosas claritas y directas, algo que me gusta bastante. Además, en la parte central de la oficina esta Nikki, en mi opinion la mejor del lugar sin duda alguna. Nikki es la espeialista administrativa del departamento (cargo otrora conocido como secretaria) y trae una luz especial que alegra e ilumina el mismo. Encima es diligente, rapida y muy competente. Y lo mejor de todo es que siempre tiene buenas palabras y una sonrisa en la boca sin importar lo que pasa, así que como se puede imaginar le tengo un aprecio tremendo. De hecho, me da vida en días difíciles y a veces hasta hace que este lugar sea como mi casa.

Hay varias historietas sobre la oficina que merecen la pena ser contadas, pero no voy a desvelarlas todavía. Deberás, por tanto, seguir leyendo mis futuras palabras, aunque como ya he dicho pongo en duda que merezcan la pena.

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