Lo sé, has leído el título de esta entrada, te parece una tontería y has estado a puntito de dejar de leer. Está bien, no voy a tratar de convencerte de lo contrario, aunque la cosa tiene su historia. ¿Quieres leerla?
Cuando era pequeño solía ver películas en cantidades ingentes. Según mi madre, eran la única forma de que me estuviera quieto, porque aunque nunca se me diagnosticó los indicios nos llevan a pensar que era hiperactivo –familiarmente un cabroncete con pintas-.
Como consecuencia de este visionado masivo de filmes todavía hoy tengo numerosos recuerdos aislados de los mismos, que me retrotraen a mi infancia y me llevan a la melancolía más lacerante.
Estos recuerdos se han hecho especialmente patentes durante este tiempo en los EEUU ya que las mencionadas películas mostraban hábitos, constumbres y todo tipo de detalles de esta vida made in USA que ahora tengo oportunidad de experimentar. Y de entre estos recuerdos hay uno que especialmente llama la atención. Uno que me vino a la cabeza súbitamente durante mi primera mañana en EEUU, cuando conocí el departamento de idiomas en el que iba a trabajar los próximos meses. Aquella mañana de enero Nikki (la asistente de administración también conocida como secretaria) me estaba enseñando el lugar y cuando arribamos a la diminuta habitación del material sucedió: allí estaban, dispuestos en sus estanterías frente a mí y a mi izquierda respectivamente, una pila de cuadernos de páginas amarillas y varias cajas de lápices HB2 con goma de borrar incorporada.
Cuando era pequeño solía ver películas en cantidades ingentes. Según mi madre, eran la única forma de que me estuviera quieto, porque aunque nunca se me diagnosticó los indicios nos llevan a pensar que era hiperactivo –familiarmente un cabroncete con pintas-.
Como consecuencia de este visionado masivo de filmes todavía hoy tengo numerosos recuerdos aislados de los mismos, que me retrotraen a mi infancia y me llevan a la melancolía más lacerante.
Estos recuerdos se han hecho especialmente patentes durante este tiempo en los EEUU ya que las mencionadas películas mostraban hábitos, constumbres y todo tipo de detalles de esta vida made in USA que ahora tengo oportunidad de experimentar. Y de entre estos recuerdos hay uno que especialmente llama la atención. Uno que me vino a la cabeza súbitamente durante mi primera mañana en EEUU, cuando conocí el departamento de idiomas en el que iba a trabajar los próximos meses. Aquella mañana de enero Nikki (la asistente de administración también conocida como secretaria) me estaba enseñando el lugar y cuando arribamos a la diminuta habitación del material sucedió: allí estaban, dispuestos en sus estanterías frente a mí y a mi izquierda respectivamente, una pila de cuadernos de páginas amarillas y varias cajas de lápices HB2 con goma de borrar incorporada.

Nikki me sugirió que cogiese todo aquello que necesitase; como tenían variedad y cantidad, podría haber cogido bolígrafos de los de toda la vida y un cuaderno clásico de espiral con sus tapas y todo aunque, claro está, desestime tal opción. Lo hice porque quería tener, como era menester (así lo veía yo) mi propio cuaderno de páginas amarillas y mis lápices HB2 con goma de borrar incorporada. Desde ese día he visitado la salita del material en varias ocasiones pero el material que escogido ha sido siempre el mismo.
¿Por qué? Pues porque cuando era niño y veía las clásicas películas de adolescentes siempre me preguntaba por qué los estudiantes estadounidenses no usaban los cuadernos de hojas blancas, tapas y espiral que nosotros utilizábamos en España. En vez de estos, ellos usaban esos raros cuadernos de hojas amarillas y sus lápices HB2 con goma de borrar incorporada. ¿Quién iba a querer usar esos cuadernos de hojas amarillas si en las hojas blancas de los normales se ve todo más claro y además tienen tapas que protegen todo lo que estás escribiendo? (esto último suena un poco estúpido, pero hay que tener en cuenta que en aquel momento era un niño).
Además, no tenían espiral a la izquierda por lo que no podías escribir en ambos lados de la hoja, lo cual era incomprensible. Sin embargo, siempre llegaba a la conclusión de que sería interesante usarlos porque tenían su encanto, aunque nunca acerté a adivinar por qué (quizá porque las bolas de papel hechas de hojas amarillas son más molonas, no sé…).
Por otro lado en España, cuando yo era un tierno infante, tan pronto como tu capacidad para escribir estaba más o menos desarrollada se te obligaba a escribir con bolígrafo. Así se pretendía que mejorásemos la precisión al escribir (usando un lápiz los tachones se pueden borrar con una goma). Los profesores nunca nos permitían usar lápices en nuestros cuadernos y por supuesto no podíamos usarlos en los exámenes. A consecuencia de esto yo, que siempre fui escribiente propenso a errores (supongo que me acelero con facilidad), nunca tuve cuadernos que medianamente presentables; los tachones adornaban sus páginas por doquier. Por eso siempre deseé estar en una de esas películas en las que los estudiantes podían usar su lápiz con goma de borrar, el mismo que también nosotros teníamos pero que nos estaba prohibido utilizar. Anhelaba gozar de libertad al escribir, pudiendo corregir tantas veces como me viniera en gana. Por desgracia, esto nunca ocurrió.
En cualquier caso, aquel día en la salita del material estos recuerdos baladíes me vinieron a la mente y propiciaron la simbiosis entre los cuadernos de páginas amarillas y los lápices BH2 con goma de borrar y un servidor. ¿Es esto la mayor gilipollez que has oído en los últimos días? ¿Es un sueño de la infancia hecho realidad? Quizás, puede ser, no sé…
joder tio, sera una jilipollez pero es mi sueño desde hace un monton de tiempo, tener una libreta de esas unos cuantos lapices de esos, tu y yo tenemos la mismas paranollas jajaj es buenisimo, pensaba que el unico fiki que pensaba asi era yo y veo que no, estoy buscando en españa esos cuadernos y esos lapices pero me da verguenza pararme en una libreria y decir dadme unos cuadrenos y unos lapices como los de las peliculas americanas, aúnque procuara vencer ese miedo y en breve ire a por ellos sino marchare a EEUU por ellos XD gracias por el blog me encanta este articulo con el que tope de pura casualidad buscanod una foto de estos lapices y Estos cuadrenos para una amiga friki de los cafes de straback, el vaso mas bien.
ResponderEliminarAmi tambn me encantaria tener hojas de esas sueltas o en un cuaderno me encantaria ahui como los americanos pero bueno da = jejej
ResponderEliminarPues yo los he encontrado y los uso, son de la marca de liderpapel y existen en españa!! cuando por fin los encontré me puse contentísima
ResponderEliminarMe encanta el artículo!!