29 ago 2011

La carrera, el yonqui, el huracán

Solo, esperando la tormenta, listo para salir. Era media tarde y decidí que era buen momento para ir a correr un rato y así depurarme por fuera y por dentro, en el sentido más literal del concepto. Me aguardaba un cielo encapotado, muy gris y lúgubre que comenzaba a derramar agua de lluvia en esta ciudad que nunca será mía o que quizá ya lo es. Me sentía ansioso. Para la carrera elegí un camino diferente al habitual, esperando ver una parte diferente de lo que me rodea, como si de repente esa necesidad de explorar tan personal hubiese decidido que era un buen momento conocer las inmediaciones del barrio.


Un repecho escarpado, una calle, otra, otra más, un instituto haciendo las veces potencial refugio, todo lejos, todo cerca, todo tras mi espalda en cuestión de segundos. El pulso no se me aceleró como debía, la lluvia apaciguaba mis órganos y la música mantenía mi mente ocupada y concentrada al mismo tiempo. En ese momento avisté frente a mí un pedazo de naturaleza; sin un instante para pensar, mis ojos se clavaron en el sendero que lo atravesaba y mis piernas los siguieron. Mientras tanto mi cabeza rebosaba pensamientos, nostalgia, cariño intensidad y ansia por correr por encima de todo.

Desconocía la zona en la que estaba, fuera de mi territorio habitual, lejos, ignota, interesante, emocionante en definitiva. El trazado de asfalto se volvía agreste mientras lo superaba, con árboles, arbustos y maleza inundando ambos lados del mismo, estrechándolo y devolviéndolo después a su tamaño previo de forma caprichosa. A partir de cierto tramo comenzó a ir cuesta abajo, luego a la derecha a la par que continuaba descendiendo y, llegado el momento, se transformó en peldaños que me llevaron a la ribera del río, así como frente a un enorme arco que soportaba un puente en el que los coches cruzaban presurosos. Era un lugar extraordinario en el que convivían en relativa armonía naturaleza y asfalto, algo que sucede en esta urbe de forma habitual y única. En ese momento, a la vez que mi reproductor de música dejaba de sonar tras acabar el disco que escuchaba, les vi, bajo el arco, en un desolado tozo de terreno inesperado en aquella bruma boscosa. Eran tres pero dos de ellos ni tuvieron ni tendrán jamás cara, al menos para mí. Miré al frente y uno de ellos clavo la mirada en mí a la par que yo hacía lo propio. El ritmo de carrera que traía se desvaneció y mis ojos, abiertos de par en par, escrutaron la escena capturando el momento en fracciones de segundo. El hombre de la mirada procedía a compartir una jeringuilla con uno de los dos, con la goma polvorienta que le estrangulaba las venas aun atada mientras un tenue hilo de apagado color gules le recorría el antebrazo. Llevaba una camiseta de los Knicks raída, el pelo enmarañado y una barba desaliñaba que le cercaba los labios con saliva reseca acumulada en las comisuras. Él me sonrío y yo, en la solitud y brusquedad de ese retrato del que estaba formando parte, le devolví la sonrisa, inconscientemente, sintiendo que compartía de alguna forma su placer fatuo y pensado que quizá yo podría ser él. Por un momento sentí que veía a través de sus ojos. Fue solo una ilusión, nunca podré experimentar lo que ese hombre ha vivido, pensé yo, pero era innegable que me sentía de esa forma.

Sin más yo continué mi camino y ellos prosiguieron con su asunto, aunque la carrera ya no fue la misma. Aun sentía la necesidad de correr pero mi cabeza seguí bajo aquel arco. La música volvió a sonar y me llevó en volandas por el sendero, subiendo peldaños de dos en dos hasta encontrar la calle en la que esa senda se disolvía. Entonces la lluvia comenzó a caer con más fuerza y el viento a soplar enérgico. No importaba. Crucé una tras otra todas las avenidas de la isla hasta llegar al otro extremo para después volverme por donde había venido y continuar mi camino por una de las avenidas que había atravesado minutos antes. La intensa lluvia perlaba cada centímetro de mi cuerpo y la sensación era pura fruición. Sin embargo llegado un punto el calor húmedo del ambiente y mi sudor se aliaron hasta convertirse en una palmaria molestia y entonces, sopesando la carencia de transeúntes, me liberé del yugo del chubasquero y la camiseta que llevaba puestos, corriendo así los últimos minutos. Rápido, con intensidad, con el torso desnudo sintiendo la lluvia en la piel y pensando, estúpidamente, que aquel hombre bajo aquel puente estaba en ese momento sintiendo de alguna forma lo mismo que yo sentía.

19 abr 2011

De latinos, de americanos y de lo que hay en entremedias


Tríptico ilustrativo

Es un hecho que el común de los mortales acierta a discernir la diferencia entre España y el resto de países latinoamericanos pese a que todos comparten raíces culturares similares. Yo nací y crecí en el primero y por tanto siempre pensé que sabía lo que era la cultura hispana. Además había visitado algunos países de Latinoamérica antes de mudarme a Estados Unidos por lo que también tenía una idea inicial acerca de las similitudes entre estos y mi país. Sea como fuere y después de vivir un tiempo aquí en EEUU me hallo en posición de afirmar que he redescubierto el concepto cultura hispana.

Para alguien de España o Latinoamérica puede resultar extraño. ¿Qué has redescubierto la cultura hispana en Estados Unidos, de verdad? Pues sí. No me estoy refiriendo a las más puras características de la identidad hispana, claro está, sino más bien a los elementos esenciales que conforman la idiosincrasia de nuestra cultura. ¿Y por qué? Bueno, pues porque trabajando en la industria de las relaciones públicas para el mercado hispano he podido percibir que EEUU tiene un importante componente hispano, lo cual me ha permitido conocer esas diferentes culturas mientras me sumergía en la del país norteamericano.

Ese componente hispano de EEUU parece resultar obvia para los propios estadounidenses pero a mí me dejó sorprendido cuando por primera vez lo sentí patente. Cuando esto sucedió pensé: un segundo, ¿cómo es posible que exista esta herencia hispana en EEUU? Automáticamente, mi ansia por conocer me llevó a hacer una rápida búsqueda online y, justo entonces, lo descubrí. Citando mí estimada Wikipedia (del inglés):

Ha habido gente de ascendencia hispana o latina en el territorio de lo que es hoy Estados Unidos desde 1565, cuando se fundó San Agustín, Florida por los españoles, el grupo étnico más antiguo entre los europeo-americanos y el segundo más antiguo de todos los grupos étnicos estadounidenses después de los nativos americanos. Los hispanos ha vivido de forma continuada en el sureste de EEUU desde aproximadamente el final del siglo XVI, con asentamientos en Nuevo México que comenzaron en 1598, y que fueron transferidos al área de El Paso, Tejas en 1680. Los asentamientos en Nuevo México se reanudaron en 1692 y otros nuevos se establecieron en Arizona y California en el siglo XVII.

Y esto sin tener en cuenta Puerto Rico como parte de EEUU, pues de hacerlo los vestigios hispanos se remontan aún más atrás.

En cualquier caso, tengo que decir que ya sabía de antemano que los primeros asentamientos en lo que hoy es Estados Unidos fueron españoles; un poquito de historia de España básica y algo de sentido común me llevaron a esa conclusión (nombres como San Francisco, Las Vegas, Florida, Los Ángeles o San Diego suenan bastante españoles, al menos desde mi humilde punto de vista). No obstante profundizando un poco más sobre el asunto pronto encontré información tremendamente reveladora: aquellos pioneros de ascendencia española que se asentaron en EEUU desde el siglo XVI no se dedicaron únicamente a vivir su vida de forma aislada sino que contribuyeron de forma determinante a la historia de esta nación. Hubo hispanos que tomaron parte en la Revolución e Independencia estadounidenses (Jorge Farragut, Bernardo de Gálvez), otros que comandaron tropas durante su Guerra Civil (David Farragut) y otros integraron el ejército de EEUU durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial (Luis R. Esteves, Pedro del Valle). Además, ciudadanos hispanos como Juan Bandini,Octaviano Ambrosio Larrazolo han formado parte de la estructura política estadounidense desde el siglo XIX. Por último y con menos importancia histórica pero quizá más cercanos al gran público destacan los casos de aquellos actores que han dado y dan un toque latino al organigrama hollywoodiense (Rita Hayworth, Anthony Quinn, José Ferrer y Martin Sheen, por nombrar a los pioneros).

Por tanto se puede afirmar que los hispanos han sido una parte importante de la sociedad estadounidense, no solo esa comunidad que parece estar tan de moda en los últimos años. Y es que el surgimiento del mercado hispano o el nuevo “latino boom” están basados en una comunidad que no es de nuevo cuño sino que siempre estuvo ahí.

En mi propia experiencia, este hecho ha sido algo que sentí de una forma u otra desde que comenzara mi aventura estadounidense. Esto, además, me ha ayudado a aprender un poquito más sobre la cultura de este país y sobre su diversidad, sus costumbres y sus similitudes con España. Puedo por ende afirmar que gracias a los Latinos en Estados Unidos he entendido mejor la esencia de este país, un país en el venir de una cultura diferente forma parte de la propia cultura, porque si hay algo destacable de EEUU es que ha forjado su identidad como nación a través de la confluencia de gente de los más diversos lugares del orbe. Ahí es, para mí, donde reside lo encomiable de estas tierras.

20 mar 2011

Alejanblog 2.0

Alejanblog 1.0 forma ya parte de la historia

Ha pasado más de un año desde que crease alejanblog y aunque no voy a caer en el tan manido "el tiempo pasa volando" y demás expresiones vacuas con las que me encuentro en desacuerdo el hecho es que ese tiempo queda ya para la historia. Así, hace unos días decidí que era el momento de darle un retoque al estilo y al diseño. Después de buscar online durante un rato no encontré ninguna plantilla que me convenciese así que me puse a toquetear el editor del servicio que utilizo para publicar este blog, el cual ha mejorado mucho desde la última vez que le eché un vistazo. Como me gustó continúe rediseñando alejanblog con él. El resultado de estos cambios es lo que estás viendo ahora mismo. Alejanblog 2.0 queda oficialmente inaugurado.


P. D. : Si tienes alguna sugerencia, no lo dudes y déjame un comentario aquí, en facebook, twitter o donde os plazca. Gracias.

5 feb 2011

El momento de regresar

Lo consiguió.

Ha pasado ya un tiempo desde la última vez que escribí unas líneas aquí. Esto se podrá tomar como consecuencia de múltiples razones: el exceso de trabajo, la carencia de sucesos relevantes en mi vida o simplemente pura vaguería. Yo diría que la causa ha sido la combinación de las tres. Sin excusas, solo verdad clara como el agua, clara, aunque para hacer honor a la misma debo decir que siempre sucede algo a mi alrededor, aunque no decida escribir sobre ello.

Sea como fuere, ha llegado el momento de revertir la situación. Últimamente mis falanges (por qué escribir dedos, ¿verdad?) están poseídas por un extraño picor que me lleva a golpear las teclas de este maltrecho ordenador en cualquier momento y sin ningún objetivo en concreto. Tan solo el de juntar palabras que den forma a pensamientos que son en su mayoría deslucidas interpretaciones de una realidad que cada más me parece no ser tal. Voy a aprovechar esto para compartir una miajita –permítaseme el “extremeñismo” - de mí con cualquier posible visitante de Alejanblog pero tened en cuenta que quizá estéis malgastando vuestro valioso tiempo mientras leéis estas líneas. Solo aviso…