16 abr 2010

Caraway Road: El Paseo de la Grasa de Jonesboro

El inicio de "El Paseo"

Un tramo de casi tres millas y media en Hollywood Boulevard entre las avenidas Gower y La Brea, o lo que es lo mismo El Paseo de la Fama de Hollywood. Un lugar mundialmente conocido por las estrellas que pueblan sus aceras y que recuerdan a los viandantes los actores, cantantes y gente de la farándula de Hollywood desde los años cincuenta hasta la actualidad.

Hollywood y Jonesboro son, en ambos casos, parte de los EEUU. Sin embargo, las similitudes entre ambos no son muchas, de hecho se puede afirmar que son bastante diferentes. Hollywood tiene su glamour, sus estrellas del celuloide aquí y allá, sus letras en el monte Lee, alcohol en las tiendas y restaurantes… y por supuesto el mencionado Paseo de la Fama. ¿Y Jonesboro? ¿Qué tiene Jonesboro que se pueda comparar con Hollywood?

Bueno, en primer lugar se debe reconocer que Jonesboro no tiene tanto glamour ni tampoco estrellas de cine que vivan en los alrededores. Jonesboro no tiene sus letras en un monte (la zona es, además, increíblemente plana) ni alcohol disponible en las tiendas o bares, excepto en contados y privilegiados recintos. No obstante, Jonesboro tiene algo que se puede comparar sin salvedad o cortapisa con la Meca del cine, y más específicamente con su Paseo de la Fama: Caraway Road y el tramo de la misma entre Marshall Street y Joe E. Marty Expy, lo que yo vengo llamando “El Paseo de la Grasa de Jonesboro”. En este tramo de Caraway Road, de dos millas y media de extensión, los lugareños encuentran un auténtico Edén de comida grasosa, provista un montante total de calorías que relegan el potaje, los callos o el cocido madrileño a la categoría de tentempiés ligeros.

A ambos lados de dicha calle, carente de aceras pero con amplios aparcamientos, se abigarran más de 25 establecimientos de comida (insalubre) que luchan ferozmente por conseguir comensales que mantengan el negocio. Dado que no hay aceras no hay ninguna estrella que te recuerde actores o actrices de Hollywood pero los restaurantes te recuerdan lo importante que son las comidas altamente calóricas en la dieta del estadounidense medio. De Wendy’s a IHOP, estas son las “estrellas” de El Paseo de la Grasa de Jonesboro:

Mosaico de El Paseo de la Grasa de Jonesboro. (Colección personal)


Wendys: Es una hamburguesería que le hace la competencia a McDonalds tratando de explotar el factor “old style”.

Quiznos: Es un sitio de bocadillos tipo Subway que tras estar cerrado un año ha sido reabierto hace unas semanas. Este hecho es un fenómeno llamativo en El Paseo de la Grasa de Jonesboro. Para los insalubres restaurantes que lo pueblan dicho paseo es como el Serengueti para las Gacelas o como una jungla de comida rápida donde solo los más fuertes (grasos, sabrosos o baratos) sobreviven. Como consecuencia de esta voraz competencia he podido observar como, en tan solo algo más de un año, varios lugares han sido cerrados, remodelados y abiertos de nuevo después de un tiempo.

Dexter BBQ: Barbacoa de la buena, tipo costillas, chuletones, etc.. No he tenido el gusto, todavía.

Pizza Hut: Por 1o dólares (7.38 euros) cualquier pizza, de cualquier tamaño, con los ingredientes (sin límite) y la masa que quieras. ¿Tengo que decir más?

China Garden: El primer buffet libre de El Paseo (hay como cinco o seis). No he estado nunca, luego no puedo opinar.

Pizza Inn: Buffet libre de pizza; no lo he visitado pero he oído decir que es bueno.


Fat City (o Ciudad Gorda/Grasa): El paradigma de El Paseo de la Grasa de Jonesboro. Comida tradicional estadounidense, tan sabrosa como grasosa. Y con ese nombre… ¡es la leche!

Barnhills: Buffet de comida sureña. Las opiniones de Internet dicen que está bien luego quizá un día de estos lo pruebe.

China Buffet:Buffet de comida “asiática”, y entrecomillo asiática porque te puedes encontrar desde cerdo agridulce hasta pizza y patatas fritas. Tan bueno como insalubre.

Munchy’s: Un sitio de sándwiches. No tengo referencia alguna acerca del mismo.

El Acapulco: El primer mexicano de El Paseo; hay cuatro en total y muchos más desperdigados por otras zonas de la ciudad. Me sorprende bastante cuanto aprecian los lugareños la comida mexicana, pues siempre que paso por alguno de los susodichos restaurantes el parking siempre está, al menos, medio lleno. Tengo noticias de que este, El Acapulco, no es muy bueno.

McDonalds: ¿Qué te voy a contar que tú no sepas?

Dragon & Phoenix: Otro buffet asiático. Nunca he estado.

Wings to go: Un sitio muy popular pese a que la variedad del menú es bastante limitada (tiene alitas, alitas, patatas fritas y luego también alitas). Tengo noticias de que los miércoles a la hora de la cena (hay 2x1 o algo así) no cabe un alfiler.

KFC: Otro establecimiento más que conocido. Sin embargo, en El Paseo de la Grasa de Jonesboro la filosofía del pollo frito queda sublimada, expuesta a la enésima potencia: por algo más de siete dólares no te dan el clásico cubo sino acceso al buffet libre. Grasosamente grotesco.

Taco Bell: Tacos y demás comida Mexicana maltratada como si de hamburguesas se tratasen. Es bueno y barato pero desde mi punto de vista hace desaparecer la magia de la comida mexicana (lo cual ha sido corroborado por alguien de corazón mexicano y adolescencia tejana que no hace mucho tiempo tuve el placer de conocer).

Mongolian Grill Buffet: Nunca he estado en este, pero solo viendo el nombre se me antoja como un sitio de comida picante, ¿no?

Cici’s Pizza: Buffet libre de Pizza por cinco dólares (3.69 euros) y además puedes pedir las pizzas a tu gusto. Te puedes imaginar…

Lazzari: El único restaurante italiano de El Paseo. La comida es deliciosa y tienen variedad. Notable alto.

Subway: La competencia de Quiznos, quizá la elección menos grasosa de El Paseo.

Little Caesar: 5$ por una pizza familiar de pepperoni. Sin comentarios…

Salsa’s Grill: Otro mexicano el cual tampoco he probado.

Blue Sombrero: Otro mexicano más, que parece estar cerrado porque nunca está muy lleno. La excepción que confirma la regla sobre los restaurantes mexicanos antes comentada.

The Dixie Café: Platos clásicos de EEUU. Me han dicho que está bien.

Back Yard Burger: Grandes y grasosas hamburguesas. Un lugar destinado al éxito en El Paseo.

Kirin Restaurant: El último asiático, jamás lo he probado.

Casa Maya: The fourth and last Mexican. No reference or visit.




IHOP: El punto álgido de El Paseo. La Casa Internacional de las tortitas (traducido al español) ofrece una gran variedad de comida altamente calórica y, por supuesto, la especialidad de la casa: sus mantequillosas tortitas. Además IHOP tiene una promoción que sacan de vez en cuando llamada “todas las tortitas que puedas comer”, que he tenido la oportunidad de probar. Solo puedo decir que es, sin lugar a dudas, excelsamente grasoso.

Lewis BBQ: El ultimo pero no por ello el menos grasoso. Nunca he estado, pero el dibujo de un cerdo bailón en el cartel me invita a pensar que sirven una comida sabrosa y bien insalubre.

En conclusión, estos los lugares que hace de esas dos millas y media El Paseo de la Grasa de Jonesboro. Todos buenos, todos grasosos y todos en Caraway Road, Jonesboro, AR.

10 abr 2010

“Serio por delante y de fiesta por detrás”. Quizá el Capitán Planeta era de Arkansas… o de áreas circundantes.



El martes decidí que necesitaba un arreglo en mi sublime cabellera y fui, como siempre, a ver a Lee, mi peluquero de confianza. Lee es un tipo simpático, al que le gustan los idiomas casi tanto como los hombres –aparte de inglés sabe algo de español y francés y un poquito de árabe. Cuando voy me intenta cortar el pelo hablando solo en español y la verdad es que no se le da nada mal, además tiene mucho afán por mejorar, algo vital con los idiomas.

Sea como fuere, menciono todo esto porque cada vez que voy a ver a Lee me acuerdo de lo que Juan Pablo, uno de los profesores del Departamento de Idiomas, me dijo la primera vez que me tocó cortarme el pelo: “ten cuidado dónde vas, no te vayan a hacer un mullet”. ¿Un mullet? ¿A qué se refería con un “mullet”? No pasó mucho tiempo hasta que me puse a investigar qué quería decir Juan Pablo y con la primera foto que avisté lo tuve claro: Lo que en EEUU llaman mullet (en español mújol) es ese mítico corte de pelo de los ochenta y principios de los noventa que consiste en llevar el pelo relativamente corto en los lados y el frente y largo en la parte de la nuca. Es, en definitiva, el corte asociado en España a individuos de etnia gitana y más recientemente a aquellos jovenzuelos (y no tan jovenzuelos) que ansían mostrar su nivel de maldad o chulería, los llamados “canis”.

El corte de pelo mullet surgió, según he leído en internet, gracias a los cantantes de glam rock de los setenta (David Bowie y Cía.), haciéndose después popular entre las masas. En la red he tenido acceso a soberbias instantáneas de mullets, de hecho algunas de ellas rebasan los límites de la imaginación. Además he podido descubrir diferentes sub estilos, gracias en gran parte a esta web: http://www.mulletjunky.com/. A continuación se recogen algunos de los más llamativos/horteras:




El estilo asiático //el payaso de la fiesta de fin de curso// ¡Por lo que más querais, mirad el/la niño/a! //La banda Mullet

El estilo mullet es peculiar y único en su clase, no solo por cómo es sino especialmente porque ha tenido éxito a nivel internacional y de forma intemporal. En España, sin ir más lejos, tuvo su momento como en EEUU pero aun hoy es ampliamente utilizado por los jóvenes vascuences afines a la izquierda abertzale, los entrañables anti sistema también conocidos como perro-flautas y los mencionados “canis”. Estos últimos lo usan, en parte, por el renacimiento que tuvo este corte de pelo hace unos años gracias jugadores de fútbol como Torres o Cesc, que dieron al uso del mullet una segunda juventud más allá de los citados especímenes:



Fernando Torres // Cesc Fabregas


Este corte de pelo, tremendamente estimado durante el periodo previamente constatado, es hoy en EEUU objeto de mofas y asociado al estereotipo del paleto estadounidense (según Wikipedia en inglés es un corte de pelo poco atractivo y, básicamente, de imbéciles). Probablemente Juan Pablo lo mencionó por lo de los paletos y el caso es que desde el día que tuve conocimiento este singular estilo siempre que salgo por ahí observo a los arkansawyer en busca de mullets. No obstante, todavía no he visto ninguno. Puede que sólo sea un estereotipo sobre la gente de zonas rurales o quizá los mullets tengan un horario diferente al mío y por eso no coincidimos. En cualquier caso, estos mullets no son algo nuevo para mí: Si bien descubrí dicha denominación hace unos pocos meses, desde que era un tierno infante el magnetismo de este corte de pelo atrajo mi atención y lo tenía claramente clasificado en mi imaginario personal. Para mí, los clásicos mullets son:


El Capitán Planeta//Hristo Stoichkov

Un cromo fetiche: Trifon Ivanov


El amigo pelirrojo de John Connor en Terminator II


El gran e inigualable McGyver

8 abr 2010

Desde Siria con mucho flow



Su nombre es Ali Khalil. Llegó de Siria hace más o menos ocho meses. Es el instructor de árabe (aparte de estudiante del máster en inglés) y mi compañero de oficina en el departamento de idiomas.
Si eso es todo lo que te desvelo acerca de él, ¿Cómo te lo imaginas? Permíteme verbalizar tus pensamientos: un tipo delgado, probablemente con barba o bigote, quizá con piel morena, vestido con ropa árabe (turbante o keffiyeh, Jellbiya , sandalias, etc.), silencioso, con un fuerte acento arábigo y por supuesto musulmán hasta la médula. Bueno, pues si esto es lo que estás pensando me veo obligado a decirte que tus prejuicios te han traicionado –y apuesto a que no es la primera vez, ¿verdad? Ese es el problema con los prejuicios, dejamos a nuestro subconsciente aventurar sin darnos cuenta que los estereotipos o generalizaciones de los que echa mano son normalmente inexactas, vagas y con frecuencia fruto de exageradas descripciones.
En este caso, por ejemplo, Ali es todo lo contrario de lo que cabría esperar del estereotípico árabe. ¿Es esto negativo? Pues claro que no. De hecho es genial. Ali es un tipo normal, de piel clara y con un pronunciado acento británico. No es musulmán, sino agnóstico, es locuaz y amable y siempre tiene algo gracioso que comentar. A Ali le encanta salir de fiesta, pasar tiempo con los amigos y la cultura anglosajona en general. Además, Ali es un ferviente fan de Michael Jackson. Es más, no solo es fan de MJ sino también un gran imitador:



El artista dándolo todo con Smooth criminal. ¡Crack!

Este es, a grandes rasgos, Ali, uno de mis compañeros de oficina. Siempre que tengo oportunidad trato de intercambiar impresiones y aprender de él y su cultura, pues gente de Siria no se encuentra todos los días. No obstante, debo decir que quizá la mejor cosa que Ali me ha enseñado hasta ahora es algo que no ha salido de su boca: Prejuzgar no tiene sentido alguno y suele llevarte a errar; y él, el gran Ali, es prueba viviente de ello.

y aquí está, Ali.